DIFERENCIAS CULTURALES
De forma anecdótica me gustaría destacar que en España tenemos la costumbre de besar y abrazar a la gente. Acortamos las distancias y en ocasiones invadimos el espacio personal del otro. Saludamos a todo el mundo cuando entramos a un lugar, hablamos fuerte y rápido, y mantenemos el contacto visual con la gente para demostrar cercanía y amabilidad. Para muchos canadienses estas costumbres pueden resultar molestas y en ocasiones ofensivas.
Señores canadienses, lo sentimos y os pedimos disculpas, pero intentad comprendernos, venimos de una cultura de actitud positiva donde nuestra mayor preocupación es hacer sentir a todos como en casa, no pretendemos invadir el espacio de nadie. Actuar de otra manera nos hace sentir fríos y distantes, y para nosotros esto es lo extraño. Somos de culturas opuestas y según nuestra experiencia personal, lo mejor es llegar a un término medio, donde todos, españoles y canadienses, nos sintamos cómodos y satisfechos, expresando nuestra forma de ser y respetando la del otro país. Con diálogo y entendimiento todo es posible.
Otro de los aspectos culturales que más nos diferencian son los horarios. En Canadá aprovechan el día mejor que los españoles. Madrugan más, dedican menos tiempo para almorzar y la gente termina de trabajar y de estudiar (o de hacer sus actividades extraescolares) a las 17 horas. Eso les permite tener más tiempo libre para pasar en familia o para realizar sus actividades favoritas. Cambiar nuestro chip horario es fácil, cambiar nuestro vicio a la “impuntualidad” es lo complicado. La impuntualidad está muy mal vista en Canadá y se considera una falta de respeto. Si queremos adaptarnos a su cultura debemos corregir la costumbre sintomática que tenemos los españoles de llegar 5 minutos tarde a todas las citas. Cuesta, lo sé, pero es posible.